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PRIMERA PERMANENCIA SUBTERRÁNEA EN CUBA

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Autores:

Manuel Rivero Glean, Cuba, manuelrivero1946@gmail.com, GEM-SEC

Alberto Martínez Sardiñas, alberto.martinez@infomed.sld.cu, GEM-SEC

Haydée Otero Martínez, otade@infomed.sld.cu, UH.

Roberto Gutiérrez Domech, Cuba, rgdomech@igp.minem.cu, GEM-SEC

Michel Siffre, 1939, espeleólogo francés

Desde principios de 1977 el colectivo del Grupo Espeleológico Martel de Cuba (GEMC), había estado examinando la posibilidad de realizar estudios médicos y psicológicos de permanencia subterránea controlada, sin la percepción del ciclo circadiano, para apoyar el programa soviético-cubano de enviar una pareja de cosmonautas, que luego en 1980 se coronaría con el vuelo del cubano Arnaldo Tamayo Méndez, junto con el soviético Yuri V. Romanenko, desde el Cosmódromo de Baikonur en la U.R.S.S.

Se contaban con los antecedentes de la permanencia prolongadas, en solitario de más de 100 días del francés Michael Siffre, y que el espeleólogo cubano, estudiante de ingeniería en Bulgaria, Manuel Rivero Glean, Fundador del GEMC, había estado en contacto con los protagonistas de las permanencias, en hogar marino y subterráneo, realizadas por buzos y espeleólogos búlgaros, respectivamente, al principio de los años 70, incluso había visitado la espelunca Topchica y conversado con los protagonistas de esta última estancia hipogea.

Haydée Otero Martínez y Alberto Martínez Sardiñas,

durante los estudios psicológicos y clínicos.

ESTUDIOS PSICOLÓGICOS, HAYDÉE OTERO MARTÍNEZ

OBJETIVOS:

Primero: observar el comportamiento de la estimación del tiempo por parte de los participantes bajo las condiciones de la oscuridad propia de las cavernas, en las que están ausentes los indicadores del ciclo solar, que constituye la alternación de los días y las noches, con sus períodos de iluminación y de oscuridad. La pregunta de trabajo fue: ¿Cómo perciben el tiempo los individuos que no pueden apreciar alternación de los ciclos de luces y sombras? ¿Se desorientan?

Segundo: fue observar cómo se comportarían las relaciones interpersonales en estas condiciones. Para ello hicimos un pequeño experimento que consistió en determinar mediante sociogramas, realizados con los 6 sujetos de investigación antes de internarnos en el campamento.  Para ello les pedimos a cada uno de los seis, que nos anotaran una persona de este grupo con quién preferirían trabajar en caso de tener que hacer tareas conjuntas dentro de una cueva. Las elecciones hechas durante el sociograma por cada individuo, eran desconocidas para todos los demás miembros del grupo. Posteriormente, con estos datos formamos deliberadamente las uniones de trabajo entre aquellos que no se habían seleccionado entre sí. Esta estrategia permitiría observar la calidad de las relaciones que se formaban dentro de las parejas de trabajo, la cohesión, simpatías, coordinaciones de tareas y disciplina, durante los 6 días completos de trabajo en el interior de la caverna. Por supuesto, todo ocurrió teniendo en cuenta que no eran desconocidos entre sí, ya que todos eran miembros del GEMC, y se reunían y socializaban con cierta periodicidad. Nuestra pregunta de trabajo en este objetivo fue: ¿Puede el trabajo conjunto dentro de la cueva mejorar y enriquecer las relaciones interpersonales?

Julio Valdés Ayala y Javier Rodríguez Rubio, dos de los espeleólogos estudiados, en momentos de descanso

María Rodríguez, investigadora de los suelos de la cavidad

Parte de las tiendas del campamento subterráneo, donde habitaron los 8 espeleólogos

CONCLUSIONES:

  1. Se evidenció una buena cohesión grupal y una mayor apreciación entre individuos que evaluaron altamente la calidad de los compañeros participantes. También se constató una gran satisfacción por los vínculos interpersonales establecidos durante la participación en tareas conjuntas.
  2. El trabajar unidos proporcionó la oportunidad de que se establecieran relaciones de cooperación entre los miembros de las parejas de trabajo. Esto facilitó el incremento de la unidad del grupo.
  3. Es muy sugestivo el hecho de que a pesar de que la atención de los integrantes del estudio, estuvo dirigida constantemente hacia los horarios, pues al comienzo de cada jornada de trabajo se les preguntaba en qué día y hora suponían estar, la estimación del tiempo se desfasó en todos los participantes con respecto a los horarios reales.
  4. Resultó llamativo el hecho de que los dos experimentadores, a pesar de ser los únicos que sabían con exactitud la fecha y la hora real, también se desfasaron en los ciclos biológicos de sueño-vigilia y en otros ciclos como la necesidad de alimentación y las funciones de eliminación como defecación y micción.

La cocina y su instrumental básico y la letrina de los hombres

ESTUDIO DEL COMPORTAMIENTO DE PARÁMETROS CLÍNICOS FISIOLÓGICOS: ALBERTO MARTÍNEZ SARDIÑAS

Resumen y conclusiones:

  • No se registraron variaciones notables de los parámetros registrados en la mayoría de los integrantes, solo una alcanzó los límites inferiores de hipertensión arterial (140/90) en una sola toma, por lo que carece de valor, aunque esta pudiera obedecer a tensiones ocasionales experimentadas por este sujeto.
  • El descenso de peso inicial se atribuyó al exceso de ejercicio en la primera jornada de trabajo, pudo este descenso corresponder a exceso de transpiración por el ejercicio de la primera jornada de trabajo que fue larga y difícil.
  • Se incrementó el aporte calórico, así como el hídrico, revirtiéndose este pequeño descenso de peso inicial.

El ambiente cavernario a pesar del incidente de la crecida y el exceso de trabajo produjo una sensación agradable de relajación y bienestar, por lo que no se produjo ninguna situación estresante que repercutiera en los parámetros clínicos estudiados.

Llama la atención que el tiempo de apnea (TA) aumentó considerablemente en cinco de los siete sujetos de la experiencia, así como que nadie experimentó ningún síntoma de espasmos bronquiales aun en aquellos con antecedentes de tos y expectoración.

La explicación del aumento del tiempo de apnea pudiera ser producto de la actividad física desarrollada y de la aclimatación al ambiente cavernario. La atmósfera cavernaria no difiere en sus contenidos de oxígeno, aunque si en la humedad relativa que es cerca del nivel de saturación del vapor de agua con respecto al exterior.

Evolución de parámetros clínicos de los integrantes de la Permanencia (Tabla 1)

Nombre

Abreviado/

edad/

sexo

PA

sistólica mínima/

máxima

mm/Hg

PA

diastólica mínima/

máxima

(mm/Hg)

FC

mínima/

máxima/ minuto

FR

mínima/

máxima/ minuto

TA

mínima/

máxima/

segundos

Peso

máximo/

mínimo

(Libras)

JV /26/M

110/120

70/80

60/72

12/16

55 /96*

152/154 **

JP/21/M

90/115

70/80

56/80

16/24

56/104*

146/147**

MR/31/M

100/120

70/80

68/94

16/24

50/69*

123/124**

JR/25/M

120/140+

70/90+

72/96+

16/20

50/74*

178/180**

MR/39/F

100/110

60/70

56/76

16/20

24/39

133/130**

RF/31/M

90/110

60/70

84/96

16/48

20/31

118/119

HO/28/F

110/120

72/86

72/86

12/20

25/50**

131/134**

*Cifra al final de la permanencia; **Descenso de peso 2 o 3 libras durante la primera jornada.

+Coinciden aumentos de PA y FC sin relación con incidente crecida rio.

Salón cavernario contiguo al del campamento, donde se midieron los parámetros meteorológicos y la temperatura del suelo.

Los miembros del campamento interior, justo a la salida y fin de la Permanencia: de izquierda a derecha: Jesús Pajón Morejón, Javier Rodríguez Rubio, Haydée Otero Martínez, María Rodríguez, Julio Valdés Ayala, Manuel Rivero Glean, Evelio, el Delgado de la ACC en Pinar del Río, Rafael Lavandero Illera (fallecido) y Alberto Martínez Sardiñas. 10:30 pm del 10 de agosto de 1977

El campamento subterráneo – Momentos de la salida de la permanencia.

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