El 22 de enero de 1880 cundió el pánico en los poblados y caseríos de la región oriental de la Vueltabajo. Una sensación rara despertó a una población que no estaba acostumbrada a sentir la tierra en movimiento.
En los días siguientes, la noticia recorrió toda la Isla y los Estados Unidos, los diarios daban a conocer que entre la localidad de Candelaria y San Cristóbal un terremoto había sembrado el pavor en la población local.
La imprenta “La Voz de Cuba”, en La Habana, imprimió, las memorias del viaje realizado a Vueltabajo por los hechos narrados. Este recorrido fue hecho por el reverendo Benito Viñes, director del Observatorio del Real Colegio de Belén, en compañía del ingeniero Pedro Salteraín, inspector de minas de la Isla de Cuba.
Esta publicación salió a la luz, bajo el título de “Excursión a Vuelta Abajo”. No debe confundirse con la escrita por Cirilo Villaverde, a finales de la primera mitad del siglo XIX. El folleto se refería a los sucesos ocurridos en esa región, como consecuencia del terremoto del 22 de enero de 1880.
A 140 años de aquel suceso, la memoria de los pobladores de Vueltabajo ha olvidado a aquellos horrores. Pero quedaron recuerdos en fotos y noticias, en especial en ese folleto.